Sus nombres empiezan a romper el estruendoso silencio que rodea su trabajo. Esperan convertirse en la próxima generación de consagrados. Son las figuras ocultas del arte español. Forman la línea de combate más decisiva de cualquier arte. Todavía poco conocidos por el público, permanecen en retaguardia respecto a los grandes nombres del panorama español actual, pero al mismo tiempo representan la vanguardia de legiones de artistas que luchan casi en el anonimato por comunicar su universo personal, a veces en mitad de un silencio atronador. Pero si miramos atentamente conseguimos descifrarlos entre muchos spots, pequeños proyectos, que aunque no sean de gran presupuesto, son imprescindibles para el panorama actual.
Podríamos hablar de muchos nombres. Bernat Muñoz, Júlia Estornell, Gabriella Zea… Actores y actrices emergentes que como muchas personas están intentando hacerse un hueco en el marco actual a fuerza de codos, de trabajos mal remunerados y de sudor frío. Todo por un ideal, trabajar en algo que te haga sintonizar con el mundo y tu propia persona ¿una quimera, un sin sentido o un ideal?
Hoy nos centraremos en una figura masculina: Noé Blancafort. 25 años. Una cara de pillería que no se sostiene y detrás de ella un espíritu luchador y valiente.
Lo podemos ver en miles de proyectos: spots como Nokia o Port aventura, obras teatrales como El Diván, películas como el Sepulturero, videoclips y cientos de cortometrajes y un sinfín de proyectos audiovisuales, que van configurando a un actor que se caracteriza por su profesionalidad y por su capacidad por adaptarse a lo que se le ofrece, sin mirar si el beneficio económico es mayor que la tajada de experiencia que le reportará el trabajo.
¿Cuándo comenzó tu carrera?
Se podría decir que mi primera experiencia fue en la escuela, con 8 años. Algo vería en mí nuestra profesora de teatro, una monja llamada Ana, porque se empeñó en que fuera el protagonista de todas las obras que hicimos.
En tu CV sin embargo ¿parece que despegas hace menos de 3 años?
Efectivamente, después del teatro en la escuela, pasaron 13 o 14 años hasta que una amiga me llamó para darme un papel pequeñito en una obra amateur. Y eso fue lo que me empujó a probar suerte en proyectos un poquito más “profesionales”, que iba compaginando con mi trabajo de profesor de informática.
Comienzas a presentarte a castings…
Sí, ya que no había estudiado nunca en ninguna escuela, ni había hecho ningún curso intensivo de estos, pensé que lo mejor era empezar a hacer cortometrajes de estudiantes, que es donde puedes sacar más experiencia al principio. Y sería cuestión de suerte, o no lo hacía del todo mal, pero en los primeros castings a los que me presento, ¡me cogen!
¿En qué has actuado?
Pues se podría decir que he tocado casi todos los campos en poco tiempo. Empecé con teatro, luego le siguió el cine, hice mis pinitos en televisión y después probé con la publicidad. Y ahora mismo, excepto en tele, tengo proyectos en todos los campos.
¿Tus últimos proyectos?
El último en cine, es un cortometraje musical, llamado Acuarela, que tiene muy buena pinta y estoy deseando ver. En publicidad, rodé el último spot viral de una conocida marca de móviles, que trataba sobre un viaje en coche desde Frankfurt hasta Barcelona. Y en teatro, estoy en cartel, en el Café-Teatre Llantiol, con una obra llamada El Diván.
¿Crees que vuestro sector es el patito feo del gobierno?
No sé exactamente si es o no es el patito feo del Gobierno, y no sé hasta qué punto ellos controlan y regulan el sector, pero lo que es cierto, es que la crisis se ha cebado con la industria, tanto del cine como de la publicidad. Por lo que me cuentan, ya que yo aún no estaba en el sector, las tarifas que se barajan ahora, no son ni una tercera parte de lo que se pagaba hace tan sólo unos 3 o 4 años.
¿Qué hay que tener para llegar alto en tu profesión?
Yo creo que lo primero es trabajar mucho y tener constancia, lógicamente si no tienes la capacidad y la calidad como para destacar, todo es más complicado, pero currándotelo, puedes llegar a vivir de esto. Y no menos importante es la suerte, aunque soy de los que cree, que cada uno busca su suerte.
¿Cual es tu mejor virtud? ¿Tu peor defecto?
Ahora mismo, la ilusión es mi mejor virtud, ya que es lo que hace que no desista en el empeño de seguir intentando encontrar mi hueco en este mundillo. Y mi peor defecto, seguramente sea, el hecho de que siempre creo que podría estar haciendo más por estar metido de lleno en esta profesión. Aunque creo, que esto, todo el mundo siempre lo piensa.
¿Tu mejor proyecto? ¿Por qué?
Mi mejor proyecto… pues la verdad es que creo que he hecho bastantes proyectos que he considerado muy buenos, y finalmente se han quedado en eso, en proyectos. No sé si son las trabas que ponen en los festivales y concursos, o las pocas ayudas o, al menos, poco accesibles ayudas del Gobierno, o son los propios directores o productores, pero acaban moviéndose muy poco, y la verdad es que he participado en proyectos muy interesantes, que se han quedado en un cajón.
¿Dónde radica el éxito de tu éxito?
Jajaja Gracias por lo de éxito, pero aún es demasiado pronto para decir que estoy teniendo éxito. Éxito tendré cuando me den algún papel más o menos importante en algún proyecto más serio. Éxito tendré cuando tras eso, me salgan más proyectos y me mantenga mucho tiempo en el sector. Eso realmente sí que será tener éxito.
¿Qué le dirías a Zapatero? ¿Y a tu madre? ¿Y a aquellos que quieren ser actores pero no se atreven?
A Zapatero imagino que le pediría más ayudas para fomentar sobretodo los proyectos de gente desconocida y con talento, que acaban perdiendo las ganas, al ver que la mayoría de dinero se lo llevan los de siempre. A mi madre, le pediría paciencia, porque sólo hace que repetirme que ya tendría que estar en Hollywood. Jajajaja Y a aquellos que quieren ser actores y no se atreven… les diría que quizás se están equivocando de profesión, porque sin valor y con vergüenza, nada o casi nada podrán hacer en este difícil mundillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario