lunes, 19 de abril de 2010

Una historieta...

Tomé el micrófono. Mi compañero me dió la mano y me empujó al escenario, saludando mientras oía las primeras notas de la melodía. Sudorosa, me aferré a su mano y con la otra intenté concentrarme en la letra. Las luces me descentraban, mis piernas tiritaban y el miedo a un abucheo era desencajante. Poco a poco, noté cómo el micrófono se iba, mis dedos no llegaban a sujetarlo y se cayó. Silencio. Tras unos segundos eternos, María, mi amiga de toda la vida, dijo: ¡Sara, ésta es la última vez que rompes el singstar!

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